domingo, 26 de agosto de 2007

Novedades

La autora aborda la relación de una hija y su padre, a quien conoce recién en la primera parte de su juventud. Los encuentros y desencuentros de esta relación hilvanan el relato, en el que se mezclan los personajes y también la vida de otros familiares.

LA GACETA DE TUCUMAN

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P O S T E R N A K

"El aparece de noche, un 18 de diciembre, veinte años
atrás. En realidad no es su visita lo que más me sorprende (muchísimas veces
había imaginado que tarde o temprano ese momento llegaría), sino la desilusión
de descubrir que Posternak en nada se parece al hombre que yo había reconstruído
de acuerdo con las versiones familiares."


Liliana Aleman se sumerge en la relación de una
hija y su padre, a quien conoce recién en la primera juventud, cuando Posternak
llega a vivir a la casa de su gran amor.
Los encuentros y desencuentros de
esta relación hilvanan un relato sencillo y dinámico a la vez que entremezclan
personajes y se incorporan a la vida cotidiana de los protagonistas, los otros hermanos.
Posternak es un hombre extraño, que puede pasar de la dulzura y la galantería con una desconocida a quien quiere seducir, al desdén y al desprecio
con sus hijos sólo en instantes.
Artesano inigualable, melómano,
absolutamente desaprensivo con las preocupaciones materiales cotidianas,

permanentemente pone en jaque la frágil armonía familiar.

emecé
cruz del sur


Para Mónica, la mujer que nos cuenta esta historia,
Posternak, su padre, es un enigma y un resentimiento. Un padre sin amor pero
presente con el peso de su mal. Allí parece sellada la clave de un reeecuentro
improbable, la reconstrucción laboriosa y siempre al borde del fracaso de una
lealtad filial y de un secreto temible. Si las huellas y el sentido de una vida
fugan siempre hacia las sombras del alma, la historia sólo se puede contar desde
sus cruces cotidianos y bizarros: las palabras y el sentido están en peligro.
Esta novela lucha contro los disfraces de la mentira y el amor.


Juan Martini